Tras dos décadas (tal vez más) separados y desconocidos el uno del otro, el azar y la tecnologia han unido a dos que se conocieron y se besaron en la pasión de los veranos de los veintitantos...
Posiblemente poco queda ya de las pieles que se tocaron entonces y es casi seguro que han aprendido a besar mejor. Queda, no obstante, un lindo recuerdo que pensaron inexistente, y que les invita a re-verse.
En más de veinte años la vida gira varias veces y da tumbos y volteretas locas.
Curioso ha sido que, hoy, al escucharse por primera vez después de tanto tiempo, se han reconocido, inmediatamente, la voz.
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