lunes, 8 de febrero de 2010

ÈXITUS

Ha entrado directa y veloz a buscar las páginas necrológicas mientras pedía, sin levantar la cabeza siquiera, un cortado corto de café.


Ni se ha parado en otra sección. Ni por un segundo se ha detenido en su misión de búsqueda. Debía saber el número de página exacto porque pasaba las hojas muy rápido, casi con fúria y haciendo ese ruido impertinente.
No se ha detenido ni en la portada a pesar del titular apocalíptico. Ni ha mirado, ni de pasada, las fotos sangrientas que ilustraban la catástrofe sin ningún pudor. Nada: ni los deportes, ni el horóscopo, ni el número premiado en el sorteo de ayer han relajado su frenético hojear.

Directamente a la sección de los recuadros a distinto tamaño, ilustrados con la cruz y el texto de despedida de "...tus familiares que te quieren... no te olvidaran".

Por un momento he llegado a pensar que se buscaba a sí misma... Que necesitaba confirmar que, efectivamente, seguía viva.

Ha leído con detenimiento cada una de las esquelas. Mientras, sorbía el café.
Ninguna noticia es más importante que la de los muertos, parecía pensar profundamente concentrada. Rebuscaba las edades y se detenía en los pocos datos que engullía al tragar.

- "Ninguna noticia es más definitiva que la muerte...", me han dicho sus ojos al cerrar y dejar abandonada sobre la barra la edición de hoy.

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