Una gran sonrisa. De par en par. La que no se tuerce ni tiembla. La que acompaña a los ojos que brillan. Esa es una sonrisa Duchenne. La que es simétrica y sincera. Es la sonrisa que no se puede fingir.
La sonrisa Duchenne recibe su nombre por el investigador Duchenne de Boulogne que fotografió (allá por el siglo XIX) cómo el alma estaba en el rostro e identificó la musculatura que participa en cada expresión y cada gesto de la cara.
Él dió indicios de que ciertos músculos sólo se contraen en una expresión si ésta, va acompañada de emoción....y sólo así.
En tu sonrisa Duchenne son 17 los músculos del rededor de tu boca que particpan y algunos más de tus ojos, pero es tu alma entera.
Porque la sonrisa Duchenne es la sonrisa de la felicidad y de la satisfacción.
Dicen los que saben y todo lo cronometran, que la sonrisa Duchenne dura milésimas de segundo. Pero, qué delicia tu rostro cuando me regalas tu sonrisa Duchenne!!!
