sábado, 29 de agosto de 2009

DESCENDENCIA

"Tener un hijo es la mejor manera de no tener que plantearse el sentido de la vida, porque todo gira entorno a él. Responder a la cuestión del sentido de la vida reproduciéndose equivale a traspasar esta cuestión a la generación siguiente".
Corinne Maier

En el primer mundo, existe una corriente antidescendencia que, por lo menos y entre otras cosas, pone en cuestión la maternidad y la paternidad como "natural" y de "ley de vida" y la no-concepción la presenta como una opción tomada desde la libertad y no sólo desde la resignación y la disfunción reproductiva o la soledad poco solvente.

En otro orden de cosas, la misma corriente afirma que "cada niño nacido en un país desarrollado es un desastre ecológico para el planeta. Nadie necesita a nuestros hijos, porque tanto ellos como nosotros somos los mimados de un planeta que se encamina hacia el desastre. Por tanto, tener hijos en Europa o Norteamérica es inmoral, ya que equivale a seguir malgastando recursos que escasean para mantener un modo de vida cada vez más voraz, caprichoso y devastador".

Por supuesto se me ocurren algunas puntualizaciones y matices y, afortunadamente también sanísimas excepciones en la afirmación de Maier que, por cierto, es madre de varios hijos.
Pero también, vistos los excesos en nuestras costumbres de consumo, visto el despilfarro mayoritario en el entorno "reproducido", vistas las nuevas y cada vez más frecuentes maternidades maduras y las insistencias en la reproducción asistida a costa de la propia salud materna, así como los avances en la cirujía neonatal que hasta plantean debates morales en la comunidad científica, no puedo dejar de estar de acuerdo con el planteamiento general de los childfree.

La maternidad y la paternidad son actos libres y deben serlo también responsables y ahora, a las puertas del nuevo curso escolar, volverán a cifrarse los esfuerzos individuales (aunque no los colectivos) que este nuevo período implica.

Para acabar aprovecharé una cita de George Courteline: "Uno de los efectos más obvios de la llegada de un niño a una familia es volver completamente idiotas a unos simpáticos padres que sin él no habrían pasado de simples imbéciles".

Que nadie se enfade, eh? Con todo el cariño.

4 comentarios:

  1. Me gustan las dos frases.
    Muy ingeniosas.
    Por supuesto que no me enfado.

    Besos.

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  2. por supuesto que cuando tienes hijos, en la gran mayoría de los casos, claro, no tienes tiempo ni necesidad de plantearte estas cuestiones. Creo que es más fácil hacerlo a aquéllos que nos los tienen. El tema de la responsabilidad y de la educación es demasiado complicado hacerlo desde fuera de la crianza. Y que no se enfafe nadie...

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  3. Eso de no tener necesidad de plantearse algunas cuestiones, podría debatirse.
    En qualquier caso, en mi bloc, nadie se enfada. Ni siquiera yo.

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