domingo, 3 de abril de 2011

OBSOLESCENCIA PLANIFICADA

Comprar, usar y tirar.

De eso se trata. De que nada dure demasiado y se detenga la cadena del consumo feroz.
Ni lo caro asegura un larga vida, porque está decidido por el mercado, por el Cártel Phoebus desde los 30 del pasado siglo.

Una bombilla, un teléfono móvil, un televisor, una lavadora, un automóvil, una prenda de vestir, unos zapoatos, un PC, tienen sus días contados. Una media de 6 meses en USA!!

O se estropean, o se rompren, o se deshilachan, o mentalmente los aparcamos y pasan a ser piezas de nuestro museo de armario.

Y no es que se fabrique cada vez peor. Al contrario, la tecnologia perfecciona procesos y hasta consigue regular el tiempo de vida de un objeto.
Se vuelven obsoletos por el diseño, por el desuso, por la disfunción. Porqué así está programado desde su origen. Comprar una y otra vez el mismo objeto. De eso se trata.

Nada de reparar y reajustar. Hacerlo cuesta más que una pieza nueva!!

Me encanta el nombre inspirado por los sabios de Phoebus: OBSOLESCENCIA PLANIFICADA.
Correcto y científico. La senda de los elefantes del siglo XX.

Todos nacemos sabiendo que vamos a morir y las cosas no podían ser menos. No serán ellas las que tengan la clave de vida eterna cuando nada ni nadie debe envejecer.

Lo que dura mucho es motivo de tertúlia, de columna en la prensa, de análisis, de documental premiado. Es motivo de estudio por su curiosidad y exclusividad: la gente vieja que se mantiene sana y activa, las cosas viejas que aún funcionan como el primer día, los amores que, tras décadas, perduran en la mágia...

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