jueves, 20 de octubre de 2011

DESAPEGO O AUTOSUFICIENCIA

Una vez oí a alguien hablar del desapego. de un desapego a medida porqué parece ser que se inspiró en el budismo para encontrar la perfecta excusa para abandonar a su antojo.
La metidación, le reflexión, la espiritualidad, fueron la fuente de sus coartadas perfectas a la hora de buscar cómo dejar plantada a más de una.

Así que, por suerte, y aún creyendo lo contrario, la persona de quién debía desapegarse se libró de él.
Ahora, ella es feliz en una relación de afecto donde amar no es fuente ni de complejos de ni evasivas sinó de crecimiento compartido y alegría.

En otra ocasión, conocí a alguien que aspiraba a la autosuficiencia.
Me daba pena porque era capaz de desaparecer, enmudecer y aislarse con tal de no reconocer cómo la vida recobraba luz cuando la compartía.

La gente le buscaba y disfrutaba en su compañía. Se lo decían y le gustaba. Porque los días de luz, ese alguien se dejaba llevar y ...fluía!!

Pero los días de sombra se perdía entre las tinieblas y buscaba sólo en sí mismo. Y nada encontraba. Estaba vacío. Y sufría, sufría mucho aislado en su zulo de autoconstrucción.

Se olvidaba de buscar en aquellos con quién compartía y de recuperar aquellos momentos en que su mirada podía adquirir el brillo del cielo del Norte.
Se olvidaba de buscar en el espacio de su corazón que sí estaba lleno.
Y, en la soledad, sólo sentía frío. Y el frío le aislaba y el aislamiento le enfriaba...

Se olvidaba de reconocer, de agradecer, de mirar, de sonreir por y con aquellos que le ofrecían amor.
En un ataque de amnésia, todo carecía de sentido y nadie era sufiente. Ni era suficiente para nadie.

Permanecía encerrado, en cuarentena. Renegando de todo y de todos. Cumplía con sus obligaciones pero se olvidaba de la felicidad.
Trabajaba más que nunca y el tiempo se ocupaba sólo.
A ratos, como en un pico de fiebre, sudaba tristeza y su lucha por no necesitar a nadie le consumía el corazón.

Hace tiempo que no sé nada de ambos. Era de esperar.

Desde el fondo de mi corazón, espero que se hayan encontrado! Tal vez viven juntos y felices para siempre.
Quien sabe, verdad?

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