domingo, 12 de julio de 2009

REDES

He leído que una mujer ha encontrado a su hijo, a través del feceboock, después de que su mardio se lo llevara de su lado hace 27 años!!!
El niño tenía 2 años entonces. Así que la señora se ha encontrado con un joven que publicó su perfil y, además, hablaba de su madre, a la que también tenía interés por encontrar.
Ha sido la sobrina, creo, de la señora, quien haciendo uso de la red, puso el nombre del niño en el buscador y apareció de repente. Así de fácil.

Siempre, al principio, los avances tecnógicos sufren una época de demonización y se publican los efectos terroríficos contra la salud física y mental, contra la intimidad y hasta contra la economia de las famílias y usuarios.

Despues, se van publicando noticias positivas que contrarrestan al monstruo y sirven para reconciliarnos con ellos y, con el tiempo, al integrarse en la vida de todos nosotros, nos acabamos preguntando cómo podiamos vivir antes si ellos.

Usos indevidos y delictivos a parte, soy una defensora de la red y de sus posibilidades de comunicación y conexión interpersonal.

Internet está integrado en mi vida y raro es el dia que, gracias a la red, no descubro o me reencuentro con algo o alguien interesante o con algo o alguien descartable en función de mis intereses.

Tengo amistades que temen acercar demasiado a sus hijos al uso de internet.

Como cualquier otro instrumento de difusión del conocimiento (la televisión, la radio, la prensa, la imprenta!!) internet está ya en nuestro dia a dia y quien no lo acepta e integra pasa a formar parte de aquel público que se auto-excluye y se diferencia y distancia poco a poco del ritmo de las cosas.

Luego, en cambio, en medios aceptadísimos y asumidisimos como "saludables", se enganchan sin temor a la tele-basura, escuchan programas de periodistas reaccionarios garantes de la verdad absoluta, consumen prensa amarilla de forma compulsiva o se asustan si se enfrentan con una novela de más de 45 páginas y sin dibujos.

Lo importante e imprescindible es desarrollar la capacidad crítica y selectiva. Probado está que hay quien no la adquirió jamás.

Como a tantas otras cosas que sólo se debden juzgar desde la práctica, también a los avances tecnológicos, es mejor conocerlos desde dentro, y hacer uso de su sinfín de buenas posibilidades. Sin miedo a la herramienta. Sólo temiendo la ignorancia.

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