En una comida de confidencias al sol y tras el trabajo, el diálogo entre las dos mujeres giraba entorno a los cambios vividos, de piel y de esencia.
Más allá del madurar y del envejecer, hablaban de procesos con los que dejaron atrás a otras "yo" que fueron y que hoy, a duras penas, pueden reconocer.
De repente, una frase sencilla, de esas que resuenan durante el relajado camino de vuelta. Recordando una etapa cerrada y sellada, ella ha dicho:
- On era jo aleshores? (¿dónde estaba yo entonces?)
Tal vez si hablara el "yo" pasado, diría:
- qué queda de mi, ara? (¿qué ha quedado de mi?)
Casi nunca queda nada anterior, pues uno se va haciendo.Aunque algunas mujeres- y eso me gusta- siguen la máxima griega de " aprender a ser lo que se es"
ResponderEliminarsaludos.
José María.
Pues seguramente no mucho si han pasado bastantes años.
ResponderEliminarEl DNI es lo único que debe estar como entonces, eso si no lo ha renovado...
Lo demás suele ir a peor. Sueños, amigos, esperanzas..., la realidad es muy tozuda.
Besos.