INMORAL

Érase una vez un niño desheredado que vivia en una chabola de lata. Pobre de solemnidad.

Resulta que al pobre niño le prometieron una casa por salir en una película haciendo de niño pobre. Y la peli ganó un Oscar de Hollywood, nada más y nada menos!!!

Y resulta que, con la producción (que iba de pobres que se hacen ricos jugando en la tele), los que eran ricos se hicieron más ricos y los que eran pobres... lo siguen siendo. Y lo son de solemnidad.

Y resulta que aquella promesa, la de la casa por ser niño pobre de ficción, es una promesa olvidad. Inmoral. De mentira. De mierda.

Y resulta que el niño pobre real, llora desconsolado con lágrimas del corazón, porque su casa de lata la han tirado al suelo unas máquinas terribles.
Y porque se sabe pobre, para siempre. Como siempre. Y engañado, por niño. Y por pobre.