TENDECIAS - LO MÁS "IN"

He leído, asombrada, el papel que juegan la iglesia, la psicologia, la literatura y el cine durante los conflictos bélicos.
No es nada nuevo, pero cuando lo confirman expertos en el estudio de guerras y guerrilleros, no dejo de salir de mi asombro, de mi estupor.

La iglesia desde el principio y la psicologia de un tiempo hacia acá, han invertido armas y municiones (nunca mejor dicho) en el consuelo y el acompañamiento de las culpas de los sabedores de destrucción directa y colateral.

Más allá del consuelo, la iglesia ha justificado el asesinato, la violación, la humillación humana y el expolio bajo la excusa de la defensa de unos valores superiores ya sea biendiciendo cañones, ignorando campos de exterminio o mirando hacia oriente y las fotografías de centros de detención con un opaco antifaz.

Más allá de la ayuda y acompañamiento en la elaboración de procesos personales, la psicología ha identificado (y justificado) a los "traumatizados" victimarios, por encima de las víctimas o, al menos, a su mismo nivel. En unos casos, es el trauma infantil el que motiva a alistarse, en otros el trauma se desencadena como resultado de la culpa acumulada durante la guerra, acción tras acció.

En la misma entrevista a Joanna Bourke publicada hoy en el Magacine de La Vanguardia, se comentan las distintas formas que tienen los militares, en sus asaltos y enfrentamientos, de simular a los héroes literarios y de las películas en función de los estilos contemporáneos al conflicto.

Si durante la primera y segunda guerra mundial John Wayne arrasaba y el estilo era arrancar cabelleras (sí, sí ... CA-BE-LLE-RAS) del enemigo, desde Vietnam hasta nuestros días se innova en los estilos entrando en poblaciones con un aire más parecido al de Rambo o el que inspira el diseño de los más actuales videojuegos.

Así que, en función de la guerra que nos toque vivir, podemos imaginar justificaciones morales y picológicas o estilos de matanzas distintas, eso sí, siempre siguiendo la última tendencia analítica y con un look gestual a la última moda.