domingo, 22 de marzo de 2009

EL CRISTAL A TRAVÉS DEL CUAL SE MIRA

Las cosas pasan y, algunas veces pasan casi igual más de una vez.

Lo mismo, vivido dos veces, se puede ver de forma muy difierente. Y, cristales a parte, todo tiene que ver con quién eres tú cuando el acontecer te sitúa en un lugar o en una situación determinadas.

Recuerdo varias piedras parecidas con las que tropezar. Y recuerdo haber tropezado una y otra vez con la misma puta piedra. Siempre que lo hice, yo era la misma.
Aún ahora, el corazón suele sufrirme por lo mismo una y otra vez. Tal vez en eso estoy aún por andar.

Pero hay cosas que, recurrentes, se me presentan agresivas para dolerme. Ya lo hicieron una vez, y ganaron. Ahora ya no. Ahora ya no las miro a través de ningún cristal. Ahora ni las miro o, si lo hago, es desde la distancia. Ahora las enfrento a sí mismas presentándoles un espejo ante la cara. Ahora se ven a sí mismas y no se gustan. Y yo, tras el espejo...feliz como una perdíz.

2 comentarios:

  1. El porvenir no tenía nombre
    quería llamarlo, convocarlo,
    aclarar los ojos de lo oscuro
    qué sabía yo del amor al borde del mar (los pies colgando)

    besos cósmicos para éste, tu espacio que suma...
    yolanda

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  2. “El cristal a través del cual se mira”... avui n’hem parlat tu i jo d’això... Les teves reflexions em porten a pensar en que és molt difícil distingir les pedres que tornen per fer-te mal, aquelles que no es mereixen ni la teva mirada, d’aquelles que tornen a aparèixer en el camí per recordar-te qui ets, de què estàs feta i fer-te reflexionar si avances realment cap a on tu vols avançar... Avui afeigeixo una nova pedreta al meva col•lecció. Molt bona nit Ros i gràcies de nou.

    Mart-a-Venus

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