viernes, 10 de abril de 2009

cap VII: RE-SENTIR

El resentimiento es una reacción emocional ante algo que sobrevive y revive repetidamente y que cada vez penetra más en el centro de la personalidad.
Este continuo revivir y sobrevivir de la emoción es muy diferente del recuerdo intelectual. El resentimiento es volver a vivir la misma emoción: volver a sentir, re-sentir.
La calidad del resentimiento es negativa, expresa un movimiento de hostilidad. (Scheler) El sentimiento hostil es la semilla del odio, el enfrentamiento, la crueldad y el mal. La persona resentida se cierra en su rencor y lo alimenta día tras día.
Esta emoción repetida y aumentada explota en odios, amenazas, enfrentamientos y hostilidades.

No aceptar la realidad pasa a ser el sustrato necesario para que arraiguen los resentimientos. La persona resentida se alegra del padecimiento ajeno, le desea mal y dolor. Disfrutar con el sufrimiento del otro es la crueldad. Ésta es una actitud meramente humana y en las situaciones de violencia a las que fen referencia en esta serie de textos del bloc, no falta de legitimidad.

Hay un tipo de resentimiento que heredamos de generación en generación, sin motivo. Podemos estar resentidos por algo que nos han hecho personas más o menos próximas, pero pensemos, ¿cuántos de los conflictos bélicos a los que hacemos referencia, u otros que conocemos, tienen su origen en resentimientos que han sido traspasados por otras personas o tienen origen en situaciones vividas por personas que ya no existen? y, pese a esto, se siguen difundiendo y siguen siendo los desencadenantes de la lucha?

"Muchas venganzas entre familias o pueblos, incluso guerras entre naciones, son motivadas por ofensas anteriores".
(González- Hería, 1999)

Testimonios de niños y niñas los padres de los cuales fueron muertes en conflicto armado, muestran el resentimiento y el dolor que han acumulado en vivir de forma directa las consecuencias de la guerra. Se percibe en ellos el odio y el rencor debido al hecho de sufrir la muerte de sus seres queridos.
Estos niños han podido ser testigos de las amenazas, acoso, desplazamiento, agresiones y pérdidas que les han afectado desde muy pequeños.
La falta de atención emocional, el dolor emocional no curat, se expresa en ira y problemas de comportamiento.
Font: Isabel Ortiz Pérez. Psicopedagoga. Especialista en sexualidad y procesos afectivos.

Aprovecho estes espacio para hacer una reflexión: Vale la pena sugerir la necesitado de establecer estrategias de apoyo emocional en las escuelas dónde llegan o asisten niños y niñas refugiados de conflictos o víctimas de violencia (también violencia doméstica).
Se me ocurre que este apoyo emocional, también en el marco escolar (aunque no sólo), les permitirá una resolución positiva de sus duelos y emociones dolorosas y de miedo ante las experiencias vividas. Se hacen necesarios programas específicos de formación para docentes sobre cómo atender a menores víctimas de violencia. (Pensemos, por ejemplo, en la importancia que tiene la escuela en la consolidación de los procesos de paz en Irlanda del Norte o qué relevancia podría tener esta sugerencia en un posible proceso de pacificación de Euskadi)

Hará falta saber ayudarles a exteriorizar sus dolores, sus experiencias traumáticas y sanar tantas vivencias negativas que, si no són sanadas, pueden conducir a situaciones de malestar emocional, sed de venganza y en consecuencia, continuidad de la violencia.
Pero será necesario tener especial sensibilidad y trabajar profesionalmente el proceso de reconciliación individual. Eliminar estos resentimientos es una opción, una actitud hacia la restauración, la reconciliación y la pacificación emocional enfocada hacia un mismo y hacia los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario