viernes, 10 de abril de 2009

cap VIII: RECORDAR PARA REPARAR...Y PARA SUPERAR

Reparar significa restaurar o rectificar por un acto injusto con el propósito de aliviar el sufrimiento de las víctimas y hacer justicia eliminando o compensando todo lo posible las consecuencias del acto injusto.

El derecho de las víctimas a la reparación comprende acciones que proporcionan la restitución, la indemnización, la rehabilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición de las conductas. (de la ley de Justicia y Paz).
Para las víctimas de la guerra el derecho a la reparación es una parte muy importante de su proceso de curación.
La reparación pretende transformar los sentimientos de pena, aislamiento o estigmatització y es una parte importante del proceso de rehabilitación, tanto para la víctima individual como para el resto de la sociedad.

"Es la amnesia la que hace que la historia se repita y que se repita como una pesadilla. La buena memoria permite aprender del pasado, porque el único sentido que tiene la recuperación del pasado se que sirva para la transformación de la vida presente"
(Galeano, 1996).

Para las poblaciones afectadas por la violencia, la memoria no sólo tiene un valor terapéutico colectivo, sino también de reconocimiento social y de justicia, lo cual puede tener un papel preventivo a escalera psicológica, social y política. (Concepto de diplomacia preventiva)

La recuperación de la memoria histórica es un acto de Reparación simbólica, de aceptación pública de los hechos y de establecimiento de la dignidad de las víctimas. El recuerdo de los hechos traumáticos evoca emociones intensas en aquellas personas que dan el su testimonio o se encuentran unidas a las víctimas.
Muchas víctimas pueden querer tanto recordar como olvidar, porque el recuerdo produce dolor.
La búsqueda de la verdad tiene un impacto en los procesos de duelo.

La verdad no es sólo un hecho político o práctico. El respeto a la memoria de los muertos y a la dignidad de los supervivientes debe formar parte de las diferentes actividades que implican enfrentar el dolor.
Los programas de reconciliación en los procesos de paz tienen por objetivo ofrecer opciones de reconciliación entre víctimas y victimarios con la idea de impulsar el perdón, pero no el olvido.

El recuerdo de los hechos debe ser parte de la política oficial contra el olvido como parte de la estrategia de pacificación. Hace falta mantener la memoria y celebrar ritos de recuerdo para que los episodios dolorosos y traumáticos de la historia no se vuelvan a repetir nunca.

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